Ulises! ¿ Qué hemos hecho hasta hoy sino discurrir como tu, por mares desconocidos en busca de la dicha? ¿Qué sino soñar como tú con alguno de esos triunfos que embellecen para siempre el alma? Ulises, escucha. Roida la vela y cansadas del remo las manos, no importa:
Hemos de seguir. Tu recuerdo nos servirá de ayuda . ¿Quién te superó jamás
en el modo de afrontar las vicisitudes de las vagancias? Cuando venias victorioso de los troyanos, en los más claros dias de la primavera– ¡gloria en tu alma y gloria en el mar—los vientos desviaron el rumbo de tu barca, y en vez de abordar en tu isla nativa, donde te esperaban el reposo, la dignidad real y el amor, arribaste a una tierra ignota. Sufriste, pero como eras hábil y sabias que todo es ilusorio, no tardaste en utilizar la bondad de esas nuevas apariencias, supliendo el divagar de tu vela con incursiones en la tierra desconocida y los brazos de Penélope con los brazos de Calipso. Sin embargo, no te entregaste a la novedad de esas ilusiones hasta el extremo de olvidar el pasado a que podias volver, ni el futuro a que deseabas llegar. Eras cauto. Atendías cuidadosamente a todas las posibilidades propicias. ¿que una vez tu prudencia pudo ser confundida risueñamente con el miedo? ¿Que te hiciste atar al mástil de tu barca para librarte de las sirenas? Sí, es verdad; mas procediste bien. Las sirenas te atraían.Eran bellas, y sú voz tenía un encanto misterioso; pero eran
muchas.
Ulises, lo sabemos bien; -no eres sino un ente de fantasía, un nauta imaginario, pero¿qué importa? Nada; como nada tampoco la sospecha erudita de que tus viajes no sean otra cosa que un emblema épico de las navegacines fenicias. Veinte siglos de leyenda de tan derecho a la historia. Tu vida es más real que muchas vidas cbscuras. Ulises: la serenidad con que saliste de tu isla, en naves de roja proa, a la conquista de troya, y la resignación con que a la vuelta de tu empresa discurriste, durante diez años, por entre los hechizos de este mar fabuloso, serán nuestras virtudes de viajercs. Seremos pacientes y confiaremos no solo en la rutam
sino también en la bondad de lo divino visible, eso queremos tras los aspectos de la naturaleza como una mirada detrás de una máscara. Ulises…..
Fuente Pirene: allí encontró Beloferonte a Pegaso. Lección al pensamiento griego: la idea necesita una animalidad alada.