Llegó Silvestre Guerrero
Por las tierras michoacanas
va don Silvestre Guerrero
con generosos pendones
recorriendo los senderos
que en otros días recorrieran
virreyes y misioneros
y sus pasos purifican
en nombre de sus anhelos
la tierra que profanaran
apóstoles en reme do,
fariseos predicadores
y Nuños aventureros.
A la capital, Morelia
llegó el glorioso cortejo:
el pueblo lo ha saludado
con Los bronces de sus templos
y bajo lluvia de lores
por multitudes envuelto
a la plaza de los Mártires
llegó Silvestre Guerrero.
Su arenga civica fue
un alma lanzada al viento,
por cada verdad, un sol
bálsamo cada consejo,
e smeralda era el propósito,
bermejo rubi el anhelo,
y las palabras de paz
serenidad de lucero.
Y en el portal Matamoros
donde fue el fusilamiento
de los bravos paladines
se realizó un gran misterio
Don Mariano, el Padre Salto
que allí victimados fueron
con otras egregias sombras
integraron coro excelso
para decir con acento
sobrehumano al mar de gente:
ha sonado tu hora, ¡Oh pueblo,
se digno de tu destino,
¡cumple tu deber, Guerrero.!…
A Pátzcuaro el de los lagos,
a Tacámbaro el sureño,
hacia el cálido Hue tamo,
para Uruapan el risueño,
a Zamora, gran señora,
Jiquilpan, el extremeño
a La Piedad de Ramirez
va don Silvestre Guerrero
predicando un evangelio
de paz y prosperidad
bajo un signo Justiciero.
Por las tierras michoacana
va don Silvestre Guerrero
volvió a la tierra nativa
porque así lo exigió el pueblo
porque el pueblo lo quiso asi
para entregarle el gobierno.
Por las tierras michoacanas
va don Silvestre Guerrero
ha venido del oriente
junto con el sol marceño
que desflorando corolas
atraviesa el firmamento
la fama lo ha precedido
anunciando un evangelio
de paz y prosperidad
para el michoacano suelo;
estandartes de esperanza
encabezan su cortejo
y van al aire los guiones
de concordia y de progreso
levantados por los brazos
de campesinos y obreros;
las mujeres lo acompañen
como símbolo hogareño
clamando porque haya pan
y por la vida respeto.
Por las tierras michoacanas
va don Silvestre Guerrero,
volvió a la tierra nativa.
porque asi lo exigió el pueblo
y el pueblo lo exigió asi
para entregarle el gobierno.
A ǐtácuaro el heroico
llegó Silvestre Guerrero
y en una hora silencio sa
llena de augustos misterios
por las sombras tutelares
le habló Nicolás Romero:
soy la bravura,-le dijo-
y aquí montado en mi penco
y armado de reata y lanza
opuse al francés mi pecho;
tu que eres charro gallarão
y amante del jaripeo,
échale un pial a la gloria
para el michoacano suelo;
isi por libertad luché
pelea tu por el progreso!
Llegando a Maravatio
fantasma hermoso y bueno
Levantándose en Pomoca
dijo a Silvestre Guerrero:
por encima del que mata
debes poner al maestro;
funde el corazón tarasco
en un generoso anhelo,
enséñale a que sea digno
del Padre Hidalgo y Morelos,
nunca olvides, Silvestre,
que mi apotegma supremo
fue aquél que prediqué siempre
por no doblarme me quiebro