ELECCIONES INTERNAS
Manuel López Pérez
Ciento setenta y ocho ciudadanos obtendrán la representación popular en la Cámara de Diputados, mediante los comicios que habrán de celebrarse el primer domingo de julio que se aproxima. El Partido Revolucionario Institucional, al igual que las demás instituciones similares existentes y militantes en la República, se apresta a la lucha, y al efecto ha convocado a lo que podría llamarse proceso de selección o bien elecciones internas, con el objeto de concurrir a la junta constitucional respaldando a los mejores elementos que haya podido encontrar en sus filas. Esto de que el PRI. busca a “los mejores” se demuestra con las marcadisimas insistencias que en tal sentido colocó en el preámbulo que sirve de fundamentación a las disposiciones procesales, parte reglamentaria de la Convocatoria lanzada el día 13 de marzo pasado, y del cual tomamos algunos textos agresivamente claros: Estima el PRI. como algo de valor extraordinario el haberse examinado “las circunstancias en que habrá de efectuarse tan importante acontecimiento, (las elecciones constitucionales del dia 2 de julio próximo) especialmente cuando ocurrirá una etapa de mayor impulso a la Revolución Mexicana que permite a nuestro pueblo desplegar sus mejores energías, movido por su anhelo de progreso inspirado en los ideales que han guiado a la nación desde sus orígenes». Parece que se trata de decir –así lo entendemos y además lo confirmamos nosotros– que en el régimen del Presidente López Mateos se ha logrado que cuaje el esfuerzo programático revolucionario o más poderoso, y que ello convierte nuestros días en circunstancia de apremio para llevar a cabo una elección en que se propicie el triunfo de “los mejores”. Mas adelante expresa el PRI.: “corresponde a los diputados federales desempeñar un importante papel como encargados de elaborar las leyes y exponentes de las legítimas aspiraciones del pueblo.» interpretamos que el PRI. no tiene la intención de definir o describir las funciones o los señores diputados (de eso se encarga la Constitución general de la República), sino de que llegue a la conciencia de quienes respondieron a su Convocatoria piensen en registrar sus precandidaturas, la recomendación de que reflexionen con sensato realismo en las capacidades de que dispongan, ya sea para legislar o ya para identificarse con exponentes de las legítimas aspiraciones populares. La advertencia en forma negativa equivaldría más o menos a estos términos: quien no son capaz de legislar; quien no esté en condiciones de recoger, comprender, expresar, defender y hacer viables los anhelos públicos, que no registre su precandidatura. Entenderlo o no así, fue cosa de honradez o de falta de vergüenza.
Sigue diciendo el PRI.: “Tan altas funciones (las de los diputados) determinan para nuestro Partido la necesidad de seleccionar candidatos capaces, por sus cualidades políticas, técnicas o profesionales, para integrar una Cámara preparada que continúe colaborando en la solución de los problemas nacionales.
He aquí,otro párrafo reiterante:» …al renovarse Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, procurará (el Partido) seleccionar a quienes, como soldados de los más altos ideales, se hayan distinguido en las ciencias, en las artes, en la noble carrera de las armas y, en general, en cualquier aspecto de la cultura para que, mediante su sólido prestigio y reconocida capacidad, contribuyan a la consolidación de la doctrina revolucionaria y el afianzamiento del progreso nacional.”
Quienes ante la categórica serie de exigencias que contiene al párrafo anterior cuyo texto es de claridad meridiana, y seducidos por la promesa del influyentazo o con cínica falta de fe los propósitos cívicos del régimen, hayan comparecido a registrar precandidatura, careciendo de las cualidades enumeradas y peor aún, pecando contra ellas, con historiales de incapacidad, reaccionarismo y ausentismo en cuanto a militancia partidista (consecuencia muy natural), demostraron tener muy poca….sindéresis y muy escaso o nulo a las instituciones nacionales.
Quiere el PRI. que en el seno de la representación Nacional los candidatos que obtengan el voto mayoritario amparados en sus colores, sean una prolongación ideológica y política “de nuestro propio Instituto, para que en ella se distingan como luchadores esforzados por el progreso patrio, mediante la observancia de nuestra Constitución, el impulso a la Reforma Agraria, el respeto a los derechos de Ia clase obrera, la ampliación y perfeccionamiento del sistema educativo, la defensa y eficaz utilización de nuestros recursos naturales, la industrialización del país, la tarea de elevar los niveles de vida del pueblo mediante la búsqueda de la justicia social, la depuración y mejoramiento de la vida cívica, la honestidad de los funcionarios y empleados públicos y, en el orden internacional, la preservación de la paz, la autodeterminación de los pueblos y al principio de No Intervención como base de una convivencia mundial más armoniosa, justa y respetuosa”.
“Los candidatos, hombres y mujeres que sostenga el PRI. en las próximas elecciones, deberán tener probada ideología revolucionaria, reconocida capacidad y limpieza moral para que sean dignos del voto popular, ya que los altos intereses de la Patria exigen la participación activa de “los mejores” (entrecomillamos nosotros) ciudadanos en nuestra vida política.”
El Partido, una vez sentadas las bases para seleccionar a sus campeones, “asume la responsabilidad de elegir sus candidatos a diputados y, consciente de su fuerza, considera que el triunfo electoral estará asegurado por el acierto con que selección se realice”.
No puede decirse de propósitos mejores. Nosotros no conocemos una exposición de necesidades de selección política tan clarividente como ésta. Todo prevé: hasta la urgencia de esbozar la política internacional, por cuanto se implica en los actos cívicos internos la posibilidad de infiltración de ideología adversas a la democracia. Por lo que ve a los precandidatos, nunca se les había dicho: No comparezca el ignorante, el reaccionario, el oportunista, el vivales; no entre en este evento el que no tenga historia cívica revolucionaria, cultura fuente, buena fe y conducta honrada. Quédese el granjero sirviendo a la patria en lo que él sabe: ser granjero. Quédese el chanchero sirviendo a la patria en lo que él sabe: haciendo prosperar su zahúrda. La patria necesita a lo mejores hijos para su parlamento, sin que al calificar de mejores a uno se predique mal de los demás, ya que el término mejores se usa por tradición (el aristos griego), y bien podría cambiarse la expresión usando la palabra «adecuados» y entonces quedaría más claro que la patria necesita a sus hijos más adecuados para la función parlamentaria.
Ante tan certera visión de los dirigentes priistas, confiamos en que lucharán contra el fraude, y si éste es derrotado México podrá considerarse viviendo una nueva y alta época de su historia.