11 DE MARZO 1944
NOVEDADES
Únicamente para EL UNIVERSAL
Un acto de la mayor trascendencia, por su calidad y alcances intelectuales y espirituales, constituyó la solemne y grandiosa inauguración llevada a cabo por el licenciado Fabela, Gobernador del Estado de México, en la población de Amecameca, la de la gran escuela que lleva el nombre del ilustre pensador y filósofo «Dr. Antonio Caso».
La importantísima ceremonia se revistió de mayor brillantez y más hondo significado, en virtud de que a ella concurrió invitado por el Gobernador el insigne maestros Antonio Caso y un grupo de prominentes intelectuales, compañeros suyos de la generación de 1910.
La población de Amecameca celebró este acontecimiento de enorme importancia cultural, con júbilo extraordinario, ya que fueron millares las personas que tanto de la población como de todo el Distrito y de la capital del Estado, recibieron al señor Gobernador, al maestro Caso, al Secretario General de Gobierno señor Alfredo del Mazo, y al gran número de personas invitadas especialmente a esta ceremonia inaugural.
Inmediatamente después de la recepción oficial al Gobernador y su comitiva, por parte del Ayuntamiento de Amecameca, la concurrencia se dirigió a la nueva Escuela «Antonio Caso», magnifico edificio con todos los adelantos modernos, pedagógicos e higiénicos, y que ostenta una elegante y sobria arquitectura a la que da relieve el magnífico escenario y el paisaje que rodea el edificio, levantado precisamente a las faldas del Sacro Monte.
Una compacta muchedumbre aclamó al doctor Caso y al señor Gobernador Fabela a su llegada a la Escuela, y desde luego se procedió al descubrimiento de la placa conmemorativa y del hermoso retrato del maestro Caso, obra del gran artista Pastor Velázquez.
En seguida la comitiva visitó todas las dependencias de la gran escuela, que mereció unánimes elogios.
A continuación, se efectuó un gran festival en el teatro-cine de la población, que se vio pletórico de público; que prodigó magna ovación a los ilustres visitantes. Al final del festival infantil, el señor licenciado Isidro Fabela. Gobernador del Estado, dio lectura a un admirable discurso en el que hizo una magnífica síntesis de la recia personalidad de Antonio Caso, en su aspecto humano, diciendo que “es obligación de un gobernante enseñar a la niñez y a la juventud cuales son aquellos hombres vivos o muertos a quienes deben tomar como ejemplo en los actos de su vida por su probidad, por su voluntad, por respeto y admiración que merecen sus excelsas virtudes». Añadió el licenciado Fabela que «Antonio Caso ha hecho de su vida una obra maestra de libertad y de sapiencia, sin afanes de honores ni de gloria, ni de dinero, porque añadió -Antonio Caso es antes que todo y después de todo, un hombre libre que ha ganado su emancipación a fuerza de rebeldías, de dignidad y de pobreza». A Antonio Caso no lo han apartado de su senda, ni el amor mundano, ni la política, ni la ingratitud, ni la maldad, ni la penuria».
Habló igualmente con elevadísimos conceptos acerca de la probidad intelectual del maestro, de “la santa pobreza de Antonio Caso, que es su orgullo, porque es su poder, su escudo, su capital». El orador se refirió, asimismo, a la ingénita bondad del insigne filósofo, «en cuyo corazón no pueden anidar las malas pasiones, por eso vive tranquilo, porque no le preocupa la imaginación de un castigo, ni le molesta el aguijón de la envidia, ni tiene entenderás para la inquina».
El licenciado Fabela terminó su magnífico discurso, que varias veces fué interrumpido por clamorosas ovaciones, diciendo que no había pretendido hacer un estudio crítico del filósofo, del sociólogo, del historiador, del poeta ni del artista, sino sólo un boceto de aquella gran personalidad humana, prototipo de figura incorruptible, que ha dedicado sus años preclaros y fecundos al sacerdocio magisterial.
A Continuación y en medio de una indescriptible ovación, el ilustre maestro Antonio Caso pronunció un admirable discurso en el que campearon los más elevados pensamientos y las más nobles y generosas ideas: «A los colegas a quienes encontré en la Escuela Preparatoria -comenzó diciendo- los volví a ver en este día en que la bondad de Fabela engalana mi vida con la suprema honra que recibo como sólo pueden agradecer los que entre si se aman”. En seguida el maestro expresó en profundos y hermosísimos períodos, una síntesis de la persona humana, y del supremo ejercicio de la escuela para la formación de esa misma personalidad humana, «éste -dijo es el problema de los maestros». ¿Cómo haremos que se integre lo que sólo se da como un plan de desarrollo? Es indispensable que el ambiente en que se forme sea un ambiente dedicado para constituirlo. Es obra benemérita de los que gobiernan abrir escuelas. La escuela es una información y una conformación y no una deformación. El hombre no puede vivir solo, vive de la convivencia, del esfuerzo colectivo. Concurrio todos a la escuela. Que el niño colabore con el Adolescente, y el adolescente con la niñez, educándola. La Educación es el índice más importante de los pueblos y los hombres»
Y concluyó su magnífico discurso, del que apuntamos sólo algunos conceptos esenciales, diciendo: «Y tú señor Gobernador, a quien respeto en su investidura política: Construye escuelas, educa a los niños que serán los hombres del mañana, y entonces México estará constituido por personas pensantes, y será digno de la inmortalidad. Así sea».
Durante el gran banquete que siguió a este festival, y que fue ofrecido por el señor Presidente Municipal de Amecameca, señor Carballar hicieron uso de la palabra el señor Manuel Olmos Sevilla, que pronunció un vibrante discurso en el que hizo resaltar con viriles palabras, la gran obra educadora del licenciado Fabela, su preocupación constante por el acrecentamiento de la cultura, por su labor constructiva, civilizada, profundamente generosa y buena; y el señor licenciado y profesor Don Manuel Lopez Perez, que se reveló como un potente y cultísimo orador, cuyas palabras merecieron atronadores aplausos en diversos períodos de su discurso, en el que hizo una brillante síntesis del espíritu del filósofo y de su influencia en la gran obra de la cultura patria: Tuvo, asimismo, los más elevados elogios de la personalidad y de la obra del gobernador Fabela, del que dijo para finalizar, «yo no sé si la demagogia o la violencia ataquen a Fabela por ser un defensor de la cultura, que según ellos son elementos de dominio de las clases privilegiadas. No importa. Yo sé que Fabela es valiente y sereno. Lo que también sé es que dentro de nuestra conciencia, Fabela es un hombre claro como espejo que refleja la claridad de un nuevo dia. Esperanza es el mensaje de Caso y de Fabela». Entre los distinguidos intelectuales que acompañaron al maestro Caso en su apoteósico homenaje, figuraron los siguientes, ya que la lista completa sería prácticamente imposible consignar en estas líneas: Lic. don Alfonso Caso, señora e hijos; Dr. Agustín Caso, hijo del maestro; Lic. Alejandro Quijano, Director de la Academia Mexicana de la Lengua, don Carlos González Peña, don Francisco Orozco Muñoz, Lic. Manuel López Pérez, Ing Teodoro Aguirre, Lic. Manuel Macias e hijo; Lic. Manuel Lopez Perez. Ing. Rafael Azuela, Lic. José M. Lozano, Sr. Manuel Sevilla Olmos, Dr. Luis Rivero Borrel, Ing. Francisco Moctezuma, Dr. Federico Falcón, Lic. Miguel Corona Ortiz, Dr. José Torres Torija, Presidente de la Junta de Asistencia Privada: Lic. Francisco Lara, Prof. Refugio Belio, Ing. Gustavo Obregón, Dr. Ernesto Rojas, don Manuel Muñoz Castillo, Dr Camerino Solís, Dr Eligio Bonfil, Ing. Adolfo Amezcua y otros muchos.